El escándalo de corrupción de Avestruz, que desacreditó al ex ministro Benny Sevinger, sigue ensombreciendo al Partido Popular de Aruba (AVP). Mientras que Sevinger fue recientemente condenado en firme por soborno y fraude, el líder del AVP, Mike Eman, creó una nueva polémica al incluir a la hija de Sevinger, Stephany Sevinger, en la lista de candidatos para las próximas elecciones del 6 de diciembre. Los críticos lo consideran una "estrategia de doble corrupción" que debilita aún más al partido.
Antecedentes del caso Avestruz
En el caso Avestruz, Benny Sevinger fue condenado por adjudicar ilegalmente terrenos del gobierno y abusar de su poder ministerial en beneficio de aliados políticos. Fue condenado a 48 meses de prisión, 12 de ellos en suspenso, y a cinco años de inhabilitación para ejercer cargos públicos o participar en elecciones. El escándalo destapó un caso de corrupción a gran escala, en el que se adjudicaron valiosos terrenos del gobierno a socios comerciales amigos sin procedimientos transparentes.
"Estrategia de doble corrupción" por nominación de Stephany Sevinger
La nominación de Stephany Sevinger por Mike Eman ha sido duramente criticada como un movimiento estratégico que continuaría la cultura de corrupción dentro del partido. Los críticos afirman que la inclusión de la hija de Sevinger en la lista de la AVP no sólo es moralmente irresponsable, sino que hace al partido doblemente vulnerable a la corrupción. Se considera que Stephany ha sido entrenada por su padre e imbuida de las mismas tácticas políticas que llevaron a su condena.
"Este movimiento demuestra que la AVP no está dispuesta a sincerarse", afirma un analista político. "Al incluir a Stephany, la AVP está abriendo la puerta a la continuación de las prácticas corruptas con las que se asocia a Benny Sevinger. Es como si el partido se hiciera doblemente corrupto".
Tensiones y críticas en el seno de la AVP
El nombramiento ha provocado grandes tensiones internas en el FSA. Los miembros más jóvenes del partido están furiosos con la elección de Eman, pues la consideran una señal de que el partido se ha quedado estancado en los viejos patrones del amiguismo y el nepotismo. A pesar de ello, Eman defiende la decisión, describiéndola como un "paso lógico" en el panorama político actual. Sin embargo, el partido sigue luchando con su imagen y con la percepción pública de que los vínculos personales siguen marcando la agenda política, alejándolo cada vez más de la integridad.
El futuro de la AVP y las expectativas del público
Con la incorporación de Stephany Sevinger, la AVP parece reforzar su imagen de corrupción y nepotismo. La opinión pública se cuestiona ahora el futuro del partido, cada vez más conocido por decisiones estratégicas que anteponen el interés propio y la lealtad familiar a la integridad pública. El nombramiento de Stephany Sevinger subraya la necesidad de reformas en el partido, pero la confianza en un futuro honesto para la AVP parece minada por lo que muchos ven como una estrategia de "redoblar la corrupción".
